[Poeta], sé fiel a la cámara de estudio;
Conviértalo en un hábito estricto todos los días,
Un tiempo para el pensamiento y la soledad.

Conviértelo en el puerto escondido, el refugio seguro y encantador.
Donde, en la paz del claustro y la meditación,
Puedes encontrarte a ti mismo en cualquier momento.

Auguste Dorchain (Preceptos I en Revue des deux mondes, T.119, p.647, París, 1893)

Después del lienzo de lino sobre el que pintó durante mucho tiempo paraísos imaginarios, habitados por sus parejas de amantes adolescentes, después del vidrio de colores soplado en floreros luminosos o grabado en tazas luminosas en un taller contiguo al suyo, después de las telas coloridas del arco iris, Marie Ducaté adopta dos nuevos soportes: el papel de calco y el tejido metálico.

Pintadas en acuarela sobre papel de calco grueso, que tiene la firmeza y la transparencia del pergamino antiguo, estas nuevas iluminaciones han cobrado relieve porque Marie Ducaté tuvo la idea de arrugarlas como los papeles color piedra que sirven de decoración en las guarderías.

Es el ciclo de la Coronación de la Virgen, un magnífico encargo de los padres cartujos a Enguerrand Quarton para la capilla funeraria de Inocencio VI, que Marie Ducaté revisita. Vivió durante varias semanas en la soledad de su celda, inspirada por este gran panel pintado de huevos de 1453, con la ventana abierta al frío de una primavera tardía para escuchar mejor a los pájaros, de los que se veía privada en su estudio de Marsella. de Joliette.

Danièle Giraudy